Las crisis del cristiano vividas con el Resucitado

Las pruebas son típicas de la vida en Cristo, de manera que Jesús siempre fue tentado hasta el punto que la carta a los Hebreos presenta este rasgo de la vida de Jesús (Heb. 2, 18). Las crisis y las cruces nunca faltan en nuestra vida de cristianos, los problemas nunca faltan en nuestra comunidades parroquiales, pastorales juveniles y porque no decirlo en nuestra vida diaria. Pero para entender un poco mejor este tema, retomaré la vida de Pablo en donde él se encarga de contarlas y por tal razón son llamadas crisis paulinas.

La vida en Dios es y será siempre un combate espiritual (Gn 28) en donde Jacob antes de llamarse Israel pelea toda la noche con Dios sin saber que era Dios, el combate de Jacob con el ángel es emblemático en la Sagrada Escritura de lo que es la vida espiritual, entonces se puede decir que la vida espiritual es un combate, inclusive con el mismo Dios. Es por ello que las dificultades son el mejor signo de que vamos bien, de que estamos en el camino del Señor. Quien camina en el Señor tendrá dificultades por todos lados. Satanás hará todo lo posible por impedir la salvación, estará feliz de hacernos caer en pecado y generar en nosotros la conciencia que estamos bien.

Quien camina en el Señor que se prepare para el combate, por eso las pruebas son típicas de la vida de Jesús. La palabra “prueba” puede aparecer de cuatro formas distintas en el vocabulario del N.T. cuando una expresión aparece de cuatro formas distintas significa que hay diversos tipos de prueba.


Peirasmos: Apartarse del camino. (Lc 22, 28)
Thlipsis: Sensación de ahogo ante un problema, se cierran los horizontes. (2Cor 1, 8-9)
Asteéneya: Sensación de que no se puede. (Rm 5,6)
Diócomos: Perecución de ser atacado. (Mt 5, 10)