Celebración a la Purísima

La celebración a la Purísima se destaca por ser la mas grande y fervorosa de todo el país.

Retiro Estudiantes del CJDB

Estudiantes del Centro Juvenil Don Bosco en convivencia. Casa de Retiro Don Bosco - Catarina

MJS Mazarello en Proyeccion Social

MJS Mazzarello realizó su primera proyección social en el hogar de niñas “San José Protector” en Managua.

Grupos del MJS del CJDB

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Biografía de Sor Teresa Gedda


1.       1.Pinceladas Biográficas de Sor Gedda

Nace Teresa María el 17 de Enero de 1853 en Pecco (Turín) Italia. Fue bautizada el mismo día, en donde por circunstancias providenciales se le agregó el nombre de María, quedando de tal modo consagrada a la Virgen al empezar su vida.

Pertenecía a una familia patriarcal, sin grandes bienes de fortuna; vivían del cultivo y de las pocas tierras que poseían.

Teresa fue estudiosa, obediente, asidua en estudiar sobre todo el catecismo ejercitándose desde pequeña en el espíritu de sacrificio.

Algunas exigencias de familia obligaron a los papás de Teresa a retirarla de la escuela para que ayudara en casa. Fue para Teresa un doloroso sacrificio; pero ella supo aprovecharlo para acrecentar su humildad.

Ella misma lo confesaba más tarde: “Oh sabia disposición de Dios que no me permitió recibir mayor instrucción para ejercitarme en la humildad que tanto necesito”.
A una admirable constitución física, unía Teresa gran fortaleza moral, que al principio se revelaba.

Por cierta tenacidad de ideas que la hacían algo taciturna e reservada; pero dio en seguida las mejores frutos por la constancia de su voluntad.
La fidelidad  a la gracia fue disponiendo a Teresa para oír el “DIVINO LLAMADO”, despertando en ella un gran deseo de ser toda de Dios. Manifestó este deseo a sus padres encontrando gran oposición.

Sus padres, le presentaban en forma atractiva un risueño porvenir convencidos de que su hija cedería.

Pero ella sentía fuertemente la fuerza de la vocación religiosa y con gran firmeza responde a sus padres: “ME HARÈ RELIGIOSA, Y CONSAGRARÈ TODA MIA VIDA A DIOS”.
 El descontento fue grande, por lo cual Teresa se vio obligada a mantener tremendas luchas, que sufría silenciosamente afirmándola en la resolución de abandonar el mundo y dedicarse al servicio de Dios.

El 25 de octubre de 1855, Teresa pierde a su padre quien al caer de un árbol quedó inmediatamente  muerto. Esta muerte afecta mucho el corazón de Teresa más aún a Catalina quien enferma gravemente y Teresa tendrá que suplirla en la parroquia donde ella prestaba un servicio al Teólogo Oglietti. Así su mamá estaba feliz porque creía que la desviaría de su vocación religiosa, Teresa en vez creía que sería por poco tiempo, pero por desgracia moría también su hermana Catalina.
  
Pero Dios que mueve los acontecimientos, permitió que Teresa encontrara precisamente ahí´, el camino de la realización de sus ideales. Pues Don Oglietti, gran amigo de San Juan Bosco, la presentó al santo, solicitando la aceptara en el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora de reciente fundación. De este modo alcanzaba Teresa, su suspirada meta.

Partió con su hermano Antonio para Valdesco. Cuando llegaron a la puerta, Teresa  le dijo a su hermano: “ESTA ES MI CASA Y LO SERÀ PARA SIEMPRE, POR QUE DE AQUÍ NO SALDRÈ JAMÀS”. Era el 8 de noviembre de 1876. Contaba con 23  años.

A las hermanas se les oía decir: “esta postulante si sigue así llegará a ser santa”

Santa María Mazzarello , que recibió a Sor Teresa, muy pronto la conoció a fondo. Teresa por su parte, se encontraba muy bien en Mornés, pues empezaba a desarrollar el programa de vida  que había anhelado “VIVIR SOLO PARA DIOS Y EXTENDER ESE AMOR AL PROJIMO”.

Toma el hábito el 15 de abril de 1877.             
  
El Capítulo General que celebraron los Salesianos, el 1° de septiembre de 1877, determinó que con la misma expedición de ellos, salieran también las Hijas de María Auxiliadora.

El 8 septiembre del mismo año, Madre Mazzarello informaba a toda la comunidad el privilegio otorgado de llevar la antorcha del Evangelio a las jóvenes tierras americanas e invitaba a quienes se sentían con ánimo de consumar el sacrificio de sus más caros sentimientos. Y como todos eran aventajadas discípulos de la misma escuela de abnegación y de sólida virtud, la mayoría hizo petición. Fueron 6 las escogidas, entre ellas Sor Gedda.

El día 14 de noviembre del mismo año de 1877 la Superiora Madre Mazzarello, acompañó, a las misioneras hasta el “Saboya”, vapor que debía conducirlas al Uruguay. Arriban el 12 de diciembre de 1877.

Pero por haber desembarcado algunos pasajeros en Río de Janeiro lugar infecto de fiebre amarilla hicieron seguir la expedición hasta la Isla de las flores, travesía que hicieron en un gran lanchón sin toldo, expuestas a los rayos del ardiente sol. Ahí Sor Teresa contrajo un fuerte dolor de cabeza que la acompañó toda su vida. Después de nueve días llegaron a Montevideo, quedándose de huésped por un mes en el convento de la “Visitación” que tiene como fundador a San Francisco de Sales, el Protector que San Juan Bosco dio a su Congregación.

El 3 de febrero de 1878 nuestras seis misioneras entraban ya a su proprio casa: una pequeña casita en Villa Colón; ahí desempeño Sor Teresa simultáneamente los oficios de sacristana, portera, enfermera y ropera, buscando siempre en ellos lo que imponía mayor sacrificio y oscuridad.

Hizo sus votos perpetuos en el año 1883. Habíase apropiado el lema: “NO QUIERO SERVIR AL SEÑOR COMO SIERVA MAL RETRIBUIDA; QUIERO SERVIRLO CON ALEGRÍA”. Y lo cumplió hasta los últimos momentos de su vida.

En 1891 fue traslada con el cargo de Directora a la casita anexa al Colegio Pío IX en la misma Villa Colón.

El Señor que quería cincelar en Sor Teresa el modelo de todas las virtudes, le exigía una nueva obediencia, su traslado a la casa de Las Piedras, no ya como Directora sino Vicaria de una joven religiosa que había sido su postulante y novicia.

Cuando la nueva Directora por su viveza de carácter le hacía observaciones, frecuentemente inmerecidas, ante la Comunidad, jamás se vio en Sor Teresa mostrarse el menor resentimiento.
  
Tres años más tarde pasa a la Escuela Taller y Colegio M.A en Montevideo. Aquí se hace visible su acción: Superiores, Hermanas, niñas y toda clase de personas declaran su igualdad de carácter, su perenne sonrisa y su bondad sin límites que revelaba en el desempeño de asistente, enfermera y ecónoma.

Se multiplicaba para dar gusto a todos, y cuando no podía, se excusaba humildemente, y con gestos de benévola delicadeza, prometía, sonriendo, complacer en la próxima oportunidad.

Después de 23 años de intenso trabajo en el Uruguay, parte para México llegando el 26 de diciembre de 1901 a la Colonia de Santa Julia; de ahí partieron Sor Teresa y tres hermanas más el 9 de enero del mismo año a Morelia; como directora del Colegio San Vicente de Paúl, iba Sor Teresa. Su paciencia y tolerancia, soportaban y mejoraban los caracteres más difíciles.

Siendo Directora desempeñaba el oficio de enfermera y ropera, por no haber a quien confiárselo.
En el año 1905 fue delegada al Capitulo General que debía celebrarse en la Casa Madre.
  
Sus virtudes eran sencillas, dulces y suaves y por tanto amables, que no solamente cautivaban a los de la familia, sino también a personas distinguidas, tanto eclesiásticas como seculares, captándose la estima y veneración, hasta el punto de llamarle: “SOR TERESITA, LA SANTITA”.

A su regreso del Capítulo, es enviada como directora, de las hermanas que se dedicaban al servicio de los Salesianos en Puebla. Comienza inmediatamente su misión el 3 de abril de 1907.

Todas las personas en general, la tenían en concepto de santa y sentían felices cuando se acercaban a ella por el testimonio de su gran humildad y caridad salesiana.

2.       DE MEXICO A NICARAGUA
Tiempo hacía que Granada una de las principales ciudades de la República de Nicaragua, América Central venía reclamando la apertura de un colegio.

Pasando por México en visita extraordinaria, la Reverenda. Madre Vicaria General del Instituto, pidió a la Visitadora, de esta Republica, parte del personal necesario para llevar a cabo la fundación en Granada.

Si bien no era muy abundante el personal en esta inspectoría, la Superiora Provincial, deseando complacer a la Superiora mayor, designo a Sor Francisca Lang que había sido Vicaria de Sor Teresa en Morelia, y a Sor Teresa de la cual no se dudaba que aceptaría, dada su gran fidelidad y virtud.
La Reverenda Madre Vicaria General muy satisfecha, determinó que sor Francisca fuera la directora y que Sor Teresa que asumiera la responsabilidad de la portería, cargo que por entonces y debido a graves circunstancias que atravesaba el país, exigía una persona de probada prudencia, de reposado criterio, y nobleza en el trato, para allanar las grandes dificultades que podían presentarse.

Llegado el momento, dejó sor Gedda la Casa Inspectorial de México y después de un viaje dificultoso, arribó a San Salvador, en compañía de su Directora, donde ya conocían a sor Teresa como la hermana Santa de Mornés.

Aquí aprovechó sor Teresa para presentar a su Directora, haciéndola preceder en todo, mientras ella se ocultaba cuanto podía.

Después de unos días llegaron a Corinto, desde donde por Managua, capital de la Republica de Nicaragua se trasladaban a Granada. También aquí como en las demás partes, había precedido la fama de sus virtudes: espejo de humildad, obediencia heroica y singular espíritu de sacrificio.

Pronto en Granada, su luminoso ejemplo se impuso de tal modo que todos llegaron a llamarla “LA SUAVE PRESENCIA DE DIOS”.

Solícita en acoger las humillaciones que Dios le enviaba no dejaba de buscarlas en todo tiempo.
Visitar y acompañar a Jesús en el Sagrario era su constante ocupación, en los momentos que estaba libre de su oficio, fijaba su morada delante de la puerta de la Capilla, ocupándose de ligeros trabajos manuales.

Incansable propagandista de la devoción a la Virgen. Preguntaba a las jovencitas: ¿AMAS DE VERAS A LA VIRGEN? ¿ QUE LES HA OBSEQUIADO HOY PARA DEMOSTRARLE TU AFECTO”?
Su espíritu múltiple no conocía cansancio, fatigas, ni obstáculos que no pudiera superar, siempre que estuviera de por medio la gloria de Dios y la salvación de las almas.

Puntualísima en todos los actos de la comunidad, era la primera en llegar a la capilla, jamás se apoyaba en el banco y recitaba con gran fervor las oraciones como si fuera una novicia.

Fiel observante del silencio, pero lo interrumpía sin escrúpulo cuando lo exigía la caridad.
Amantísima de la congregación, se sentía feliz llamándose Hija de María Auxiliadora
AMABA MUCHISIMO a sus hermanos salesianos. El Rector Mayor Don Albera, decía: No ha habido otra hija de María Auxiliadora que con tanto empeño, bondad y desinterés se haya ocupado de los Salesianos como la buena Sor Teresa Gedda.

De San Juan Berchmans, se dice que se debe su canonización, especialmente a la perfección con que practicó sus deberes religiosos; y Juan Berchmans no vivió sino cinco años en la Compañía de Jesús.
De Sor Teresa Gedda nadie puede decir haberla visto transgredir uno solo de los puntos de la Regla de su Instituto y esto durante 41 años de vida religiosa. ¿Qué decir, pues de su santidad?

 3.   LLAMAMIENTO AL PREMIO ETERNO
Después de haber saturado con sus virtudes el ambiente de la casa de Granada, Sor Teresa estaba dispuesta a responder al último llamado. Este sucedió el día sábado 24 de marzo de 1917.
La mayoría de las personas no oraba por su descanso, sino que se valía de su intercesión ante la Virgen Auxiliadora.
Sus restos reposarán a partir del 24 de Agosto, 2012,  en la capilla del Colegio María Auxiliadora Secundaria, Granada.


Nota especial de su vida fue: la sencillez, que se puede definir como:
Ser UNO consigo mismo por el acuerdo interno con el exterior
Ser UNO con Dios por la armonía de las obras con la fe
Ser UNO con el prójimo, por la ausencia de todo disimulo y la concordia de la caridad
Así fue Sor Teresa. Y su humilde voz encierra a todas las generaciones futuras una saludable lección.
“PERDIÓ LA VIDA QUIEN PARA SI VIVIO; VIVE EN ETERNO,
QUIEN POR AMOR LA DIO”